Miguel Ángel Rodríguez (el Merlín resucitado)

 Miguel Ángel Rodríguez (el Merlín resucitado)

No pretende este artículo decantar la opinión pública en favor de un candidato u otro la Asamblea de Madrid, sino simplemente busca la manera de  “abrir los ojos” a los votantes de esa Comunidad (que en estos momentos es el escenario de la batalla planteada como lugar donde se miden las fuerzas -una vez más en la “historia”- haciéndonos creer que es una lid entre el “Bien y el Mal”) en la elección de los distintos grupos y partidos políticos que concurren a esas elecciones.

Solo “abrir los ojos” y ni mucho menos decantar en favor de unos u otros porque estando siempre Vox al acecho de cualquier error, hay que andarse siempre con pies de plomo (ya que el papel de esta formación es la de “rentabilizar errores” de un sistema democrático que pone en jaque, aprovechando que así se presintiera y en ello alarmara, en su día, Podemos, por lo que el “marco de juego” político se halla en “cierto equilibrio inestable”, pero equilibrio al fin y al cabo, donde impactó - configurando este nuevo escenario - que apareciera desde que el 15M cuajara como malestar ante un bipartidismo "perfecto". Se ha ido configurando  una representación casi plena, de todas las sensibilidades y opciones políticas (que en el pasado quedaran a la sombra de un “formalismo” ideológico asumido  internacionalmente - en forma de bipartidismo - y que Trump vino a respaldar en su ruptura).

"Abrir los ojos" es permitir que la luz que hay en el exterior (y que ilumina los objetos que nos rodean, hace posible que los concibamos en formas y colores) llegue hasta nosotros y nos muestre lo que nos rodea. "Abrir los ojos", en alguna medida, no es una cuestión, en sí misma, partidaria de una u otra ideología, sino una capacidad al alcance de todos nosotros (aunque todos no estemos en condiciones siempre de tenerlos abiertos).

La campaña expuesta en términos épicos: Libertad o Socialismo/Comunismo, expresa un antagonismo magnífico, que solo hace menos de 50 años era expresado en términos opuestos frente a un Franquismo sociológico (extraño, que evolucionó a paradójico y que nació muy cruel en el golpe de Estado del 36) que sería representado por Manuel Fraga Iribarne al llegar la democracia (a donde iría a parar gran parte de la UCD de Adolfo Suárez) y del que de la mano del mismo Merlín (hoy guía "espiritual" de Ayuso) sería alzado Aznar al trono del rey Arturo que quedaría vacante con la abdicación de Felipe González (abdicación que se viera venir con el alejamiento de Alfonso Guerra y por tanto de ese tándem que haría temblar de miedo y prevención al mismísimo Emilio Romero, y con él al mundo conservador español, que veía en la llegada del Socialismo a España la posibilidad de una revancha histórica, que parecía pendiente y que se expresaba con los rumores de haberse brindado con champán el fin de la agonía del militar Dictador y con propuestas sobre las bondades de las nacionalizaciones de bancos de Ramón Tamames – mientras la otra parte de España no se terminaba de creer que la Democracia pudiera entrar tan fácilmente, como parecía, y nos hacían creer, los pasquines que se lanzaban al aire desde Seat 600, con música de campaña electoral y altavoces reclamando el voto, a los que se les había pegado el cartel electoral de un candidato o de un partido).  

Hoy Merlín busca alzar a Ayuso, y se piensa que de igual modo y con la misma eficacia que lo hiciera con Aznar. Así que el mensaje de la Campaña de Madrid señala más allá del ámbito de la Comunidad Autónoma que contiene la capital de España, apuntando el objetivo de llegar al trono de Arturo en el gobierno de España y desalojar de él a Pedro Sánchez. El mensaje de libertad, en estos momentos de limitaciones sociales por el problema de la pandemia, hace eco en la sociedad –contrariando al mundo médico – (mundo médico que se siente incómodo ante la permeabilidad del mundo político a la opinión de la sociedad; sociedad que parece dudar, en alguna manera, de la perfección en conocimientos con que se muestra el mundo científico que pide Fe en ellos para abordar la pandemia – pero que sus cálculos, ahora al alcance de todos, suscitan cierta desconfianza: 3.000 personas morirían con la vacuna que produce trombos si media humanidad se vacunara con ella; y que para justificarse el mundo médico señala que es más de 10 veces menos letal en los  efectos secundarios que el paracetamol, con lo que en vez de arreglar el problema de desconfianza lo agravan – 30.000 personas morirían por los efectos secundarios del paracetamol si lo tomara media humanidad – y si seguimos sumando efectos secundarios cabría preguntarse cuando miles y miles de personas mueren al año en el mundo por los efectos secundarios de una medicina concebida al servicio de la "visión" del mundo de las grandes multinacionales; ese es el verdadero problema que se descubre, abiertamente, porque es evidente que existe, detrás de esta pandemia, un gran negocio - negocios concebidos desde la idea de la enfermedad y no del mantenimiento de la Salud (se investiga en la dirección que señalan los intereses de esas mismas grandes multinacionales, persiguiendo beneficios por medio de una "química mágica" cuyos resultados a veces milagrosos evita profundizar en los verdaderos orígenes que hacen posible enfermar), pero no en otras direcciones que tal vez no resultara rentable - como el beneficio de animales domésticos en los hogares, de los que se muestra que su compañía "protege" de situaciones morbosas y aumenta la autoestima familiar y la estabilidad psicológica. Efectos de unas vacunas, que como otros muchos medicamentos, conocemos ahora a corto plazo, porque sabemos que los prospectos de medicamentos que parecían seguros, se viene ampliando hasta convertirse en verdaderas sábanas, descubriéndose efectos secundarios después de muchos años en el mercado.

Aún así, en la sexta ayer, se quejaban de que esto se convirtiera en un "juicio abierto" a la opinión pública (opinión pública que no está preparada científicamente para entender su visión y conceptos científicos.) Pero resulta que ello es la democracia y que en juicios de crímenes un jurado de ciudadanos decide sobre la vida de personas ¿Cómo no vamos a opinar sobre los resultados de sus indicaciones médicas y si son lo esperado o nos llevarían a una Dictadura con pretextos científicos?. Tan dependientes son Uds de las multinacionales farmacéuticas que da vergüenza recordar cómo estás les persuaden (a base e viajes y estancias y a veces con señoritas de compañía, para que receten un determinado fármaco).

Nosotros no hemos ideado este sistema, pero Vds lo han aceptado como normal.

Ayuso da la nota de libertad (fumar en las terrazas?.... bueno tal vez, concebido como otra cota alcanzada de libertad frente al totalitarismo sanitario atribuido al Gobierno Socialista); pero es que prohibir ir sin mascarillas por el monte al aire libre parece una desproporción inaceptable que nadie asume; y que ya es evidente que la medicina, en su conjunto a nivel científico, nos considera simplemente “ganado, o rebaño….” Así emplean, sorprendentemente, términos veterinarios equiparándonos con animales durante esta pandemia. Ello sin considerar que algunas mascarillas contienen elementos cancerígenos, como señala la prensa recientemente - así me lo señala mi hijo y compruebo la veracidad e su indicación quedando mi persona totalmente perplejo (esto ya es el colmo).

 El mensaje de la Ayuso contiene la “contra-prestación” en su campaña política de gestión alternativa,  y consecuente desaire al mundo médico - al “retarle” en sus recomendaciones - contiene contrapartida económica: El reparto de vacunas se hará desde establecimientos sanitarios privados. Y en ello tal vez no ceda el mundo sanitario de a pié, pero los gestores privados de hospitales y clínicas seguro que sí.  

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